La inteligencia artificial (IA) y la inversión cuantitativa están formando una asociación valiosa.
Estos modelos de aprendizaje son útiles para analizar y predecir datos, lo que es especialmente relevante en el entorno actual de la economía digital.
A lo largo de las décadas, hemos evolucionado desde estrategias basadas en primas de riesgo hasta modelos de aprendizaje automático, para analizar el sentimiento hacia las empresas.
La IA permite incorporar una variedad de datos, combinar características y mejorar las predicciones en comparación con la inversión tradicional. Sin embargo, es importante destacar que la IA en la inversión no es una «caja negra» y debe ser supervisada y ajustada continuamente.
La colaboración entre ingenieros, científicos de datos y gestores de carteras es esencial para aprovechar al máximo el potencial de la IA en la inversión.