Navegar los mercados en tiempos de tensión geopolítica: claves para los inversores.
En un escenario global marcado por conflictos en múltiples frentes, desde Ucrania hasta Oriente Próximo, el panorama para los mercados financieros se vuelve cada vez más incierto. La pregunta que resuena entre los inversores es clara:
¿Cómo proteger y potenciar nuestras inversiones en medio de tanta volatilidad?
Riesgos geopolíticos: entre la incertidumbre y las oportunidades.
La escalada de tensiones, como el reciente uso de misiles de largo alcance en Ucrania o los conflictos en Oriente Próximo, plantea riesgos significativos. Según Grace Lavelle, directora de estrategia de inversión en Cazenove Capital (Schroders), aunque las bolsas globales permanecen cerca de máximos históricos, los shocks geopolíticos pueden generar una fuerte volatilidad en el corto y medio plazo.
Un ejemplo claro fue 2022, cuando la invasión rusa a Ucrania disparó los precios de materias primas, desató una inflación galopante y sacudió tanto la renta fija como la variable. Sin embargo, Lavelle enfatiza que los periodos de incertidumbre no deben asustarnos, sino más bien animarnos a mantenernos invertidos para aprovechar las oportunidades que surgen.
La clave está en la diversificación estratégica.
Para gestionar eficazmente el riesgo geopolítico, Schroders apuesta por carteras diversificadas con activos defensivos. Los bonos soberanos suelen ser refugios seguros en tiempos de crisis, pero Lavelle advierte que su eficacia puede verse mermada en entornos de alta inflación, común en conflictos prolongados.
En este contexto, el oro y las materias primas emergen como alternativas robustas. De hecho, el oro ha sido uno de los activos estrella este año, con un rendimiento del +27,5% hasta septiembre. Aunque otros commodities han mostrado resultados mixtos, Schroders mantiene su posición en ellos como un elemento esencial de diversificación.
Las divisas también juegan un papel protector. Activos como el dólar estadounidense y el yen japonés suelen actuar como refugios en momentos de alta volatilidad, proporcionando estabilidad a las carteras.
Preparación para distintos escenarios: planificación es poder.
El análisis de escenarios es otro pilar fundamental. Schroders examina constantemente el impacto potencial de distintas crisis, como un posible conflicto mayor en Oriente Próximo que podría llevar el petróleo a $150 por barril, afectando gravemente el comercio global.
Estos eventos tienen un efecto macroeconómico «estanflacionario», es decir, combinan una desaceleración del crecimiento con un aumento de la inflación. Sin embargo, Lavelle subraya que posicionarse exclusivamente para el peor de los casos puede ser costoso a largo plazo. El enfoque ideal, dice, es pragmático y activo, adaptándose con rapidez a las circunstancias.
Conclusión: ¿Cómo navegar en este mar de incertidumbre?
La historia nos enseña que los mercados tienden a superar los periodos de crisis, pero eso no elimina los retos del presente. Una estrategia de inversión diversificada, junto con un enfoque flexible y basado en escenarios, es clave para sortear estos tiempos convulsos sin dejar de aprovechar oportunidades.
Reflexión final: En tiempos de incertidumbre, la planificación estratégica no es solo una herramienta, sino un escudo frente a la volatilidad. Los riesgos geopolíticos no se pueden controlar, pero sí se pueden gestionar con inteligencia.