Activos privados: más allá de la inversión tradicional.
Duncan Lamont, responsable de investigación y análisis de Schroders, analiza los beneficios y riesgos de invertir en activos privados. Aunque los activos privados ofrecen oportunidades interesantes, es importante considerar que, al igual que cualquier tipo de inversión, conllevan riesgos. En un mercado competitivo, estos activos han ganado protagonismo debido a sus posibles ventajas, como la rentabilidad y la diversificación. Sin embargo, su naturaleza menos líquida y más compleja también implica desafíos que todo inversor debe tener en cuenta.
Rentabilidades superiores, pero con riesgos asociados:
Las adquisiciones de private equity han mostrado rendimientos superiores a las empresas de pequeña y gran capitalización estadounidenses, incluso después de comisiones. No obstante, estas inversiones suelen ser más arriesgadas y menos líquidas. La rentabilidad no está garantizada, y factores como el ciclo económico o el desempeño de la empresa pueden afectar los resultados. Además, la deuda privada, aunque a menudo ofrece rendimientos más altos, puede ser sensible a las condiciones del mercado y los tipos de interés.
Acceso a oportunidades únicas, pero con barreras:
Los mercados privados permiten explorar sectores, industrias y regiones menos accesibles a través de activos públicos, como la infraestructura o el venture capital. Sin embargo, acceder a estos mercados a menudo requiere mayores conocimientos y capital inicial, lo que puede excluir a ciertos inversores. Además, algunos sectores, como el capital riesgo, conllevan un alto nivel de incertidumbre y pueden no ser rentables a corto plazo.
Menor volatilidad, pero con riesgos de liquidez y valoraciones inciertas:
Aunque los activos privados pueden ser menos volátiles que los públicos, esto no significa que estén exentos de riesgos. Los activos privados son más difíciles de valorar de manera objetiva, lo que puede generar incertidumbre sobre su rendimiento. Además, la falta de liquidez en estos mercados puede dificultar la venta rápida de activos en caso de necesidad de efectivo, especialmente durante crisis económicas.
Diversificación inteligente, pero con limitaciones:
Los activos privados pueden introducir nuevas fuentes de rentabilidad y pueden ser menos sensibles a los ciclos económicos. Sin embargo, la diversificación en este ámbito también depende de la capacidad de evaluar correctamente los riesgos inherentes a cada tipo de activo. Invertir en un solo tipo de activo privado, como el venture capital, puede ser arriesgado si no se gestiona adecuadamente, ya que el éxito de la inversión depende en gran medida de factores impredecibles.
Impacto directo, pero con objetivos a largo plazo:
Invertir en activos privados permite influir directamente en iniciativas sociales y sostenibles, como energías renovables, vivienda asequible o microfinanciación. Sin embargo, estas inversiones suelen requerir un horizonte de inversión a largo plazo y no siempre ofrecen rendimientos inmediatos. Además, el éxito de estas iniciativas puede depender de factores externos, como cambios regulatorios o condiciones macroeconómicas, que pueden generar incertidumbre.
Conclusiones:
Los activos privados ofrecen oportunidades para mejorar la rentabilidad, diversificar carteras y generar un impacto positivo, pero también presentan riesgos y requieren un enfoque estratégico cuidadoso. Es importante que los inversores comprendan los riesgos asociados, como la falta de liquidez, la valoración incierta y la dependencia de condiciones de mercado, antes de incorporar estos activos en su portafolio. Invertir en activos privados puede ser una apuesta interesante, pero no está exenta de desafíos.
Fuente: https://elasesorfinanciero.com/schroders-cuales-son-las-ventajas-de-invertir-en-activos-privados/